Benita es un vendedora de pescado de Cassardis. Es de naturaleza calmada y una figura materna para el(la) Arisen.
También sabe de flores curativas y cataplasmas, y es la que se encarga de cuidar a los vecinos del pueblo heridos por el ataque del dragón.
Ubicación[]
Al comienzo. después del ataque del dragón, durante Entrega floral, puede encontrarse en la casa derruida que está en contraesquina de la posada, a un lado de la bajada a la playa.
Después de su misión secundaria, durante las mañanas, estará atendiendo su pescadería en su casa. A medio día, pasará su tiempo libre fuera de la tienda, justo enfrente en el cruce de caminos de la entrada charlando con Iola.
— Prepararía vendaajes para los heridos si tuviera el material necesario. Si lo hubiera sabido antes… Amigo mío, necesito que me hagas un favor. ¿Puedes traerme las flores que necesito que están fuera del pueblo? Necesito más como la que puedes ver ahí y también de otro tipo. Cuanto más encuentres, mejor.
— Los heridos necesitan medicinas, amiga. Te lo ruego, trae las flores para el preparado lo antes posible. Para la recete se necesitan dos tipos de flores. Habla con los demás para que te den más información. Te lo pido porque confío en ti, amigo(a) mío(a). Sé que no dejarás que esta gente sufra.
— Ah, ¿has traído el resto? Te lo agradezco, amigo(a) mío(a). Ahora solo falta encontrar alguna flor "brillo de luna". Si mezclo una poca con estas prepararé una medicina excelente.
— ¡Sí, esa es! ¡La has encontrado! Últimamente no crecen muchas "brillo de luna" por esta zona. Me alivia verla.
— Muy bien, con esto tengo las dos. La verdad no esperaba que los encontraras tan pronto.
— Oh, mira… ¡peones! ¿Son de verdad? ¿Harán lo que les ordenes?
— A algunos no les hacen gracia los peones, pero yo no veo qué tienen de malo. ¡Anda que no arramblaría yo con un par de peones para mí! Los pondría a cocinar y a limpiar la casa.
— Sí, algunos fanáticos dicen que los peones tienen mala baba. Que no son de fiar, vamos. A mí nunca me han hecho nada malo ningún peón y, en cambio, hay muchos humanos que me han clavado la puñalada a la que me he dado la vuelta.
— He oído decir que merodea por aquí una repugnante criatura llamada hidra.
— Primero el dragón y ahora la hidra. ¿Qué demonios ocurre, si se puede saber?
— Está muy feo que todos esos monstruos se hayan aliado para atacarnos a la vez. ¡Alguien debería cortales la cabeza con un sable y enseñarles lo que es bueno!
Luego de terminar Que le corten la cabeza:
(Una sola vez) — ¡Que el Creador te bendiga!
— Cuentan que has estado fuera en una noble misión. Bueno, siempre has sido culo de mal asiento. Recuerdo cuando eras una pescadilla. Te pasabas el día correteando por los muelles y riendo mientras todos te perseguían.
— ¿Un encargo personal del Duque? No me lo acabo de creer. Estás en boca de los viajeros y de todos. Quién sabe qué estarán diciendo de ti en Gran Soren...
— El jefe Adaro demostró lo que vale cuanto de acogió. Has resultado ser maravilloso.
— No he visto a Quina en varios días... Dicen que se fue del pueblo para seguirte.
— Ya me imagino a la alocada Quina detrás de ti; los dos os criasteis juntos.
— El jefe tiene cara de amargado últimamente. Me imagino que debe de estar preocupado. Supongo que el viejo Adaro tiene que capear su propio temporal. Está orgulloso de ti, pero al mismo tiempo sabe que corres muchos peligros. En su lugar, te encerraría en una jaula y guardaría la llave bajo mi almohada.
— Debes de estar a punto de partir. Para acabar con el mal y con esas bestias inmundas, y todo eso. Pero vamos, en esta vida puedes hacer algo más que acuchillar, ¿sabes? Ten cuidado.
